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lunes, 5 de abril de 2010

Desintoxicarme

Esta semana santa, me encontré con un viejo conocido, el cual, me dijo estaba en un proceso de deshabituación de las drogas. Tomando un café me comentaba el tratamiento que está llevando. Su tratamiento consiste en las visitas a un psiquiatra a 200 km de donde reside, que le cobra 120€ por fracción de 15min, que es lo mismo, que 480€ (79.800 pts) por hora de consulta, y sin embargo parece que después de un año de tratamiento, no ha cesado el consumo alcohólico. Esto, a pesar de que para el psiquiatra no pueda parecer importante, lo es, pues igualmente que lo está inflando a fármacos o drogas siendo un drogadicto, precisamente es por las drogas por lo que acude a la consulta de dicho psiquiatra, no contento con regalarle más drogas, además no presta la atención que merece a una droga como es el alcohol.

Nuevamente habría que llamar a la reflexión, pues tapar la botella, como dicen en AA, es muy sencillo. Basta con no salir, con hacer una vida casera durante un tiempo y cambiar lugares que frecuentamos, y algunas acciones más, pero cuanto tiempo aguantará, eso es otra cosa. Desintoxicarse cuando uno es adicto, es mucho más que todo eso. Cesar la habituación es un proceso arduo y doloroso, que implica a la persona desde el interior preparándola para enfrentarse nuevamente a la vida que desee. Enseñándole a prever situaciones de riesgo, o estados anímicos voluntarios o involuntarios que pueden hacerle llegar nuevamente al consumo. A poner la mente a su disposición, y no como a la droga le da la gana. A utilizar los medios necesarios para poder enfrentarse a la vida sin ningún tipo de sustitutivo, ni farmacológico, ni estupefaciente. Un trabajo de introspección de nosotros mismos con la finalidad de entender que es lo que nos ha pasado, que es lo que hemos sido en realidad, que es lo que hemos hecho en la vida, y a quienes hemos implicado en ella, con el único afán de abandonar los consumos y entender porqué llegamos a ello, si no lo deseamos.

Dejar las drogas es algo imponente, pues es dejar de luchar contra tu voluntad, para utilizar esa fuerza a tu favor.

Sin embargo, debemos de hacer ver que, dejar las drogas es algo que no lo curan fármacos para reducir la ansiedad, que no se deja de consumir por estar años alejado de las calles y sin volver a hablar con las amistades, encerrado en una burbuja familiar. Si bien es cierto, que durante el tiempo de introspección, es necesario un retiro para poder estar con nosotros mismos, y entender con ayuda de profesionales adecuados, la única realidad que hemos vivido, la drogadicción.

El prototipo de Toxicómano de hoy día, es una persona que siquiera sabe que es un drogadicto, y esto es lo peor de esta enfermedad, no darte cuenta de que necesitas ayuda. Tu mente, que es la que está enferma, te manda mensajes contradictorios: No es para tanto, te dirá, yo lo dejo cuando quiera, un día es un día, una vez al año no hace daño, bueno, yo no tomo tanto como tal. Hay millones de excusas para continuar, hay cientos de miles de razones por las que drogarte, pero siempre una misma conclusión, drogarse. Y lo último que desea tu mente, a pesar de poder intuir que no te está hacinedo ningún bien, es dejarlo. Cualquiera puede ser un drogadicto sin saberlo.

Dicen que el consumo de estupefacientes en nuestro país está descendiendo, que los paliativos planes de prevención son eficaces, pero eso no es cierto.


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miércoles, 11 de noviembre de 2009

Agravantes por drogadicción

Hoy saltaba a la prensa una gran noticia para los drogadictos, el Congreso pide que el alcohol y las drogas sean agravantes en la violencia machista. Entonces a un policía que mate a su mujer, también le deberían de aplicar estos agravantes. Es una persona de la Ley, y por ende debería respetarla por encima de todo. Su trabajo precisamente se trata de hacerla cumplir.

A un político corrupto se le tendría que aplicar este agravante, pues un hombre que se encarga para defender los derechos, y el bienestar de todos NO debería hacer mal uso de su situación privilegiada. Un juez que dicte una mala sentencia, poniendo en peligro los derechos de las personas, y a la Ley en entredicho, deberían de aplicarle estos agravantes. Un hombre de Ley ha de cumplirla. Y por supuesto habría que aplicar este agravante a quien se encargue de tener a estas personas entre sus filas, al fin y al cabo están bajo su mando. Tendría que darse cuenta de sus negligencias.

Desde La Penúltima creemos que este tipo de medidas NO deberían de aplicarse a personas con una enfermedad. NO nos mal interpreten, NO decimos que NO sean condenados, si alguien maltrata ha de cumplirse la Ley y tendrá que pagar por ello. Lo que queremos decir es, que si una persona está enferma, lo más normal sería ayudarla, y NO condenarla por una enfermedad que él NO ha elegido. Ya sabemos que esto NO es del todo satisfactorio desde el punto de vista de esas personas sometidas a vejaciones o maltratos, para esos familiares que, impotentes ven como ese "puto drogadicto" va a salirse por la puerta con una simple condena. Ellos tal vez, perdieron a su hija.

Si una persona comete un delito ha de ser juzgado y condenado, pero nunca más por estar enfermo.

De lo que estamos hablando es de salvar vidas, de que podemos enmendar esos desvaríos. Al menos habría que aclarar si lo usa como atenuante o realmente es un enfermo, es este caso habría que aplicar el agravante de facilitar un tratamiento para que pueda llevar una vida cuando salga de prisión.

Todos los días nos encontramos con drogadictos que, tras dejar el consumo y un corto período de introspección, se dan cuenta de sus errores, y luchan por salir adelante, por comenzar una vida digna al lado de alguien, sin perjuicios ni malos tratos, y los vemos caminar juntos.

Todos lo días nos encontramos con personas que esperan ser personas sin poder conseguirlo. A pesar de sus más grandes esperanzas caen un día más. Su vida se llama ahora desesperación.

Nosotros abogamos por una condena que puedan llevarles a las calles rehabilitados y como una persona más de la sociedad, libres y con grandes esperanzas de vivir. Si realmente quieren aplicar un agravante, planteen un agravante en positivo, ayuden a quien pueden ayudar.


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lunes, 28 de septiembre de 2009

LAS DROGAS, TEORÍA DEL CAOS

Seguramente ya conozcas la Teoría del caos, pero si NO es así, intentaremos desvelar algunos de los entresijos que conllevan las drogas. Y por supuesto, el efecto mariposa que llevamos años creando...

En el caso de las drogas, la teoría del caos NO es especialmente diferente. La Teoría del caos dice, que un sistema estable, tiende a sus atractores, un sistema inestable, se escapa de sus atractores, pero en un sistema caótico, se manifiestan los dos comportamientos. Por un lado, existe un atractor por el que el sistema se ve atraído, pero a la vez, hay "fuerzas" que lo alejan de éste. De esa manera, el sistema caótico permanece confinado en una zona de su espacio de estados, pero sin tender a un atractor fijo.

En la adicción pasaría lo mismo. Hay un sistema inestable, que podría ser el vínculo genético con el que nacemos para ello, otro podría ser la droga propiamente, y por otro el sistema estable, que podría ser la sensatez, o la culpa que un consumidor conlleva, porque sabe que está haciendo algo malo. Pero es entonces cuando se manifiesta el caos, por un lado están los atractores exógenos, que vienen a ser cientos en casi todos los casos. Sin embargo podemos citar algunos; Las mismas drogas son un detonante externo muy importante, cualquier indicio que las recuerde es más que suficiente para una nueva toma. Las amistades, que a pesar de que sabemos que NO se consume por las compañías, es cierto, que un adicto busca las compañías, que como él, consumen. Los que NO toman drogas, no interesan. De ahí, que socialmente se hayan generado bulos en torno a las amistades. Otros atractores externos podrían ser, la música, la noche, que en mente de un adicto le invitan al consumo.

Y por otro están los atractores endógenos, que, partiendo de la condición genética, podrían ser sentimientos, y muchos de los pensamientos internos que invita al consumo por encima de todo haciendo creer que no es para tanto. Cualquier excusa es buena para el adicto. La mente del adicto, como venimos diciendo, es la parte más compleja de esta enfermedad, y por la que una persona es adicto, y nunca por la frecuencia de consumo que tenga, o la droga que emplee.

Tenemos los dos sistemas, estable e inestable que se han de dar en el sistema caótico, que es precisamente en el que se hayan involucrados los adictos a las drogas.

Pero la gran pregunta sería, ¿como evitar esto? Ante la solución a tan buscada ecuación, podríamos decir, casi sin duda, que un nuevo comienzo sería poder presentar a estas personas como enfermos, y tratarlos como tal, y realizar campañas en favor de una nueva imagen. Dejémoslos de marginar. Dar a conocer los auténticos síntomas que los propios involucrados puedan observarse, sin metáforas y sin tecnicismos. Cambiar la legislación vigente respecto a la publicidad y promoción del alcohol, así como del consumo. Comenzar a desmentir muchos de los negligentes atractivos que han venido promoviendo los consumos de cualquier tipo de alcohol.

Otra propuesta sería a través de las administraciones públicas, ya que muchos de los proyectos que se llevan a cabo en materia de drogadicción, NO están llegando a parte alguna. Habría que controlar mejor la evolución de los que se llevan a cabo, así como la responsabilidad de las personas encargadas de ejecutarlos. Seguro que muchos de los proyectos siquiera llegarán a tan necesitadas personas, se quedarán en una mesa de escritorio, para seguir manteniendo una farsa y a quienes la permiten.
Otros programas de ayuda a la drogadicción, se esmeran en retener, excluir a los drogadictos para que NO estén en la calle haciendo un mal efecto para la ciudadanía. Seguro que menos costoso sería desintoxicarlos mediante algún tratamiento eficaz (que existen si lo desean), pero claro, dejarían en paro a algún medico que se encarga de encontrarle la vena si no puede inyectarse él. Dejarían en paro a las enfermeras que cuidan las heridas de una guerra que va por dentro.

NO nos engañemos, NO interesan los adictos recuperados. Recuperados NO dan empleo a cientos de clínicas de dudosa reputación, y escaso éxito en sus funciones.

Tendríamos mucho que hablar en medidas, recursos, deberes, y responsabilidades, pero este NO es el post. En este post tratamos la Teoría del caos en adictos y su efecto mariposa.
Bien, la teoría ya la hemos explicado, ahora faltaría el efecto mariposa que conlleva el caos de las drogas.

Hace unos años podíamos ver a unos cuantos drogadictos pululando por las calles. Los identificábamos en seguida. Pero hoy día las cosas han cambiado demasiado para los drogadictos.
La siguiente imagen representa la tendencia de consumo en jóvenes estudiantes, nuestros adolescentes.
















Pincha en la imagen para hacerla más grande.

Informe completo
Fuente: NIDA

Hoy los consumidores de drogas están por todas partes, un vecino, un hijo, un amigo, tu pareja, tu madre. Cada día pasan más desapercibidos. A pesar de haber bajado la tendencia de uso de drogas en los últimos años, NO debemos dejarnos engañar, cada día hay más consumidores de drogas, y eso solamente conlleva una cosa. Destrucción.

Hoy nos enfrentamos a la gran crisis del siglo XXI, la crisis económica, especialmente acrecentada por el sistema financiero mundial.
Pero, ¿y si fuera este el efecto mariposa de los excesos de las drogas? Seguramente se estará echando las manos a la cabeza. Pero como dice el efecto mariposa, un pequeño gesto puede cambiar el mundo, y ahora está cambiando. Llevamos años atrapados en un fantasma y luchando contra él sin éxito. Un agujero negro que NO podemos resolver y lo obviamos. Llevamos años intentando que NO continúe, pero NO hay manera, él sigue adelante, implacable. Ese es el aleteo de la mariposa que lleva años ejerciendo su ligereza en el aire, casi imperceptible. Pero ahora ese pequeño gesto, es el que poco a poco cambia el mundo.

Años llevan nuestros padres luchando para salir adelante, para tener algo que llevarse a la boca, y ahora obtusos, nos lo gastamos. Lo importante es divertirse, salir, hacer un montón de cosas, salvo para trabajar. Esto es lo que trae consigo esa fémina que siempre dice sí, la droga.
¿Te parece extraño? ¿Demasiado enrevesado tal vez? El dominio de la droga es inconmensurable. Y como siempre venimos diciendo, NO es perceptible, lentamente te aleja de todo para hacer únicamente lo que ella quiere que hagas, consumir sin importarte lo demás. A veces tan siquiera te darás cuenta de lo que quiere, pero siempre terminas igual. Arrepintiéndote de lo que hiciste y echándote las manos a la cabeza por lo que no hiciste. Siempre con planes que nunca llevas a cabo y otros que sabes que jamás harás, a pesar de tus deseos.

Para terminar, me gustaría dejar claro, que quisiera equivocarme, pero mucho me temo que las drogas están cambiando demasiado todo...

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domingo, 20 de septiembre de 2009

SOY ADICTO

A estas alturas y si has seguido los posts de este blog, seguramente tendrás muchas dudas a cerca de lo que en él se tratan de aclarar. Cosas como si seré adicto, si estaré en peligro, si se contagia o si por el contrario, puedo dejar de serlo. Quizá tu pregunta es, si podría hacerme adicto a las drogas.

Vamos a intentar desenmascarar algunasLa drogadicción, una red distorsionada particularidades de lo que se puede entender por adicto, así como tratar de aclarar algunas cuestiones de esta enfermedad terrible, catalogada de marginal hasta el día de hoy a pesar de los avances científicos. Leer más...

Comenzaremos por el principio, la genética. Para muchas de las enfermedades, se nace con algún componente genético que predispone a desencadenarla, si bien, seguramente, y como pasa en esta, se han de dar algunos agentes externos que finalmente e irrevocablemente terminan provocando la aparición de sus síntomas. Unos síntomas más perceptibles y virulentos pasado un tiempo. Por los síntomas, en esta enfermedad, podemos entender una serie de actos tales como la necesidad imperiosa consciente o inconsciente del consumo de sustancias tóxicas, sean cuales quieran, ya que uno de los grandes mitos de esta enfermedad, es la tendencia a diferenciar drogas “duras” y “blandas”. El cerebro no entiende de sustancias, no reconoce lo que le suministramos. El cerebro entiende del “colocón” que le provocan esas sustancias por un exceso de producción de dopamina. Por lo que, diferenciar sustancias únicamente sería, para asignar una velocidad, o virulencia a la hora de mostrar sus deterioros en el cuerpo y mente del individuo. NO es más adicto una persona que utiliza heroína que una que utiliza alcohol.

Otra característica es la consciencia o inconsciencia con la que se consume o predispone al consumo. Muchas de las veces que nos apetece tomar algo, normalmente nos aparece en la mente como tal. Pero para esta enfermedad, todas las casualidades son más que justificadas, y siempre buscan el mismo fin. Me explicaré, en esta enfermedad, la normalidad con la que aparecen los síntomas es, extremadamente sibilina. Los deseos de consumo siempre están justificados, y a pesar de no poder percibirlos son realmente anunciados por la mente, envolviéndolo como algo normal y provocando nuestros deseos por ello. Casi siempre hay alguna buena excusa para un nuevo consumo. Lo curioso del caso es, que siempre sigue un mismo patrón, siempre es para lo mismo, nunca se nos ocurre hacer cualquier otra cosa, como dar un paseo, leer un rato, hacer algo de ejercicio, e incluso, cambiar ese trago por una botella de agua.

Una de las paradojas de esta enfermedad reside precisamente en eso, en que los consumos realmente son desencadenados por nuestra mente, y somos incapaces de poder percibirlo como un síntoma de lo que nos está sucediendo o sucederá. En esta enfermedad de síntomas imprecisos, por la complejidad de cada persona, no es fácil poder determinarla como cualquier otra enfermedad del psique, ya que simula muchas otras patologías psicológicas, y por ello, algunos colectivos médicos se encuentran con tamaña complejidad para poder desvelarlo. También el propio usuario, a veces tiene serios problemas para poder vislumbrar que su mente le incita a un nuevo consumo. Lo que está estropeado es la máquina de pensar, y nadie se pone en entredicho a sí mismo, por lo que seguramente, su máquina estropeada determine lo que está bien o mal, así como adjudique los síntomas negativos a cualquier otra circunstancia antes que a los consumos.

Las drogas son sustancias químicas que actúan sobre el cerebro penetrando en el sistema de comunicación del cerebro e interfiriendo en la manera que las células nerviosas normalmente envían, reciben y procesan la información. Las drogas activan a las neuronas porque su estructura química imita aquella de un neurotransmisor natural. Esta similitud en la estructura “engaña” a los receptores y permite que las drogas se adhieran y activen a las células nerviosas. Aunque estas drogas imitan a las sustancias químicas del cerebro, NO activan las células nerviosas de la misma manera que los neurotransmisores naturales y hacen que se transmitan mensajes anormales a través de la red.
Las drogas pueden hacer que las células nerviosas liberen cantidades inusualmente grandes de
neurotransmisores naturales o pueden prevenir el reciclaje normal de estas sustancias químicas cerebrales, haciendo que la señal se vea sumamente amplificada, lo que trastorna los canales de comunicación.

Otro de los comportamientos o síntomas que desencadena esta enfermedad sería la sensación de vacío, de tristeza que desempeña un papel importante tras los consumos.
Tristeza, un síntoma de la abstinencia

Este síntoma, se ajusta a las oleadas abrumadoras de dopamina (y de otros neurotransmisores) que provocamos en el cerebro con los consumos, provocando así menos dopamina o disminuyendo el número de receptores que pueden recibir y transmitir señales. Como resultado, el impacto de la dopamina sobre el circuito de gratificación del cerebro de una persona que consume drogas se puede volver muy limitado y puede disminuir su habilidad para sentir cualquier placer. Es por eso que el consumidor eventualmente se siente triste, sin vida y deprimido y no puede disfrutar de las cosas que anteriormente le producían placer. Ahora necesita consumir drogas solamente para lograr que la función de la dopamina regrese a lo normal. Es más, necesita tomar cantidades más grandes de la droga de lo que antes consumía para crear la euforia de la dopamina, efecto que se conoce como tolerancia.

También es posible toparse con el denominado “silencio clínico”, un tiempo en el que ese consumo es “divertido”, sientes que te ofrece una velocidad con la que no contabas, una elocuencia inusual o la sensación de perdida del miedo a hablar con otras personas. Este silencio es una etapa, en la que se puede decir que se está incubando la enfermedad. Poco a poco, sin darte cuenta, cada vez más, necesitas de esos consumos para conseguir ser ese que NO eres sin ellos. Para cuando quieres darte cuenta, ya tienes las excusas suficientes para NO dejar de hacerlo. Cualquier síntoma negativo es rechazado de la mente por algún motivo más que suficiente, al menos eso es lo que te dice la mente. De ahí que siempre conozcamos rimas, o frases sociales que hacen alusión al consumo como NO tan negativo a pesar de las evidencias científicas. Siempre hay algún motivo, más o menos justificado para el consumo. El hecho más evidente es, que muchas de las personas que un buen día tienen contacto con el alcohol, y a pesar de NO agradar, deciden hacer otras tomas más adelante, acostumbrarse a esos sabores, y por supuesto, seguir consumiendo cada vez con mayor frecuencia, asiduidad y cantidades. Por NO decir que, si lo miran bien, se darán cuenta de que hace mucho tiempo que dejaron de beber productos sin alcohol cuando se les presenta la oportunidad.

Otro de los síntomas que podemos destacar en un consumidor de sustancias tóxicas serían las paranoias. Esos sueños despiertos, que nos impiden dormir.
Ya sabemos lo que es una paranoia. Muchas veces no se pueden percibir como tal por que se presentan como un hecho o como un pensamiento generado por nosotros mismos en el que las cosas parecen ser reales y al mismo tiempo lo contrario. La sensación de poseer la razón y sin embargo no poder probarlo. Tener la certeza de algo y en el fondo dudarlo. La mente juega malas pasadas y no somos capaces de verlo con certeza.
Paranoia, la gran desconocida
Seguramente, si eres usuario de algún tipo de sustancia, es muy posible que hayas tenido algún momento de angustia parecido, y sin embargo no hayas podido identificarlo como tal. Pero para intentar aclarar o explicar un poco mejor este fenómeno, te diremos que muy probable lo hayas padecido hacia tu pareja, en forma de celos. Siempre constantes y sin poder probar nada, sin objetividad. Tienes la intuición pero no pruebas de ningún tipo. También es posible que tengas percepciones extrasensoriales, momentos en los que piensas o sientes que tienes una misión importante en la vida, que eres muy distinto/a al resto de las personas, o que posees una lucidez, una manera de pensar por encima de los demás, y sentirlo así. En ocasiones, puede que tus paranoias estén dirigidas hacia ti mismo en forma de estrés. El estrés de querer hacer un montón de cosas que nunca haces, pero que siempre te dices que harás. Cuando estamos bajo los efectos de las drogas, estos fenómenos pasan a su versión más implacable y virulenta, y pueden cobrar una realidad casi palpable.
Estos son algunos ejemplos de paranoias, pero podríamos describir cientos de ellas distintas, sin embargo siempre están caracterizadas por no dejar de pensar en ellas, de no poder desprenderse de ellas, siempre están pululando por la mente y no podemos hacer nada para evitarlas.
El craving o síndrome de abstinencia, se caracteriza por la aparición de los deseos de un nuevo consumo de sustancias. Como ya hemos dicho antes, seguramente muchos de estos síndromes son casi imperceptibles por el consumidor debido a la manipulación del propio cerebro para llevarnos a tal fin.

Seguramente muchas de las dudas que albergas NO se habrán disipado, pero te diremos que, si te has identificado con los síntomas o piensas que tienes problemas, no dudes en ponerte en contacto con un centro especializado, y cuenta con la ayuda de tus padres, ellos lo entenderán. Si piensas que puedes “hacerte” adicto, no esperes más, actúa. Y si crees que esto no es para ti, mirate sinceramente, seguramente estás entrando en una fase de NO retorno, que es cuando la mente envuelve todo dentro de sí para no desprenderse de lo que más quiere, la droga. Los demás dejar que el tiempo pase, pero no dejéis de miraros siempre honestamente, cualquier consumo desencadena o NO, dependiendo de tu genética, los síntomas que alertan de una grave enfermedad marginada por el desconocimiento...

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domingo, 23 de agosto de 2009

Quién educa a quien...

Hace algunos días estuve con unos maestros de infantil, y se despertó en mi una enorme duda, ¿quien educa a quien educa? Esta pregunta, en estados naturales, Cualquiera puede ser un drogadictono representaría ninguna duda, sin embargo, he de decir, que los maestros, profesores, médicos, cirujanos, educadores sociales y demás profesionales que atienden a nuestra educación y salud, son personas.
Seguramente te estarás preguntando a donde quiero llegar, pero la respuesta es sencilla. ¿Cuando sabemos que un profesional, con este peso sobre su cabeza, NO está ebrio o consume drogas? Sencillamente no lo sabemos. Leer más...

Como estaba diciendo, hace algunos días estuve con unos maestros los cuales hablaban de la drogadicción como algo malo y sucio en la sociedad, mientras mantenían una amigable y confortable charla sobre el hachís que se fumaban sin miramientos.
Esto sorprendió a mis oídos, pues ya lo había escuchado de otros profesionales, tales como médicos, cirujanos y como no, de profesionales que están atendiendo a personas drogodependientes.

¿Como puede ser que siga sucediendo esto? Sabemos que poner controles de alcoholemia está muy bien cuando se expiden multas por conducir ebrio, pero ¿Que pasa cuando resulta ser un profesional en cualquiera de sus funciones? ¿Acaso esto estaría bien visto?

Ya sabemos que las personas adictas no pueden evitar los consumos , pero si pueden evitar situaciones de riesgo tales como conducir bajo efectos y desempeñar funciones que no deberían estar haciendo tras ingerir psicoactivos.
Claro, aún no hay una administración que se ocupe de estas situaciones cotidianas y que sin duda, recae sobre la educación de nuestros hijos, sobre la salud de cualquiera, y eleva los riesgos a límites insospechados. Stop a las irregularidades

Ya que hablamos de controles de alcoholemia, por puntualizar, cabría decir que realmente son escasos. Pero como esta no es nuestra guerra, ya sabrán lo que han de hacer. Nuestra guerra se centra en el desarrollo de la comunidad ante la lacra de la drogadicción. Una lacra que arrastran más individuos de los que podríamos imaginar, sin embargo, habrá que ir deshojando esta novela de Stephen King que alberga esta enfermedad poco a poco.
Para no apartarnos del tema, diremos que sería bueno realizar controles eventuales y sin previo aviso, a profesionales que requieran una atención especial por sus servicios hacia las personas, tales como médicos, educadores, agentes de la ley, etc...

A todo esto deberíamos concluir diciendo que, para la administración pública esto no representa ningún tipo de problema. Resulta que, en ciertos organismos se inventan y reinventan situaciones de riesgo, donde evidentemente, disponen de medios suficientes para acotarlas, o al menos hacer caja a esa costa. ¿Estamos en una sociedad responsable e involucrada en el desarrollo, o por el contrario vivimos humillados a una sociedad anarquista económicamente?
Seguramente ya se habrá contestado, por eso, desde La Penúltima queremos llegar a estas situaciones cotidianas, para lograr una sociedad involucrada en el desarrollo real de la misma.




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miércoles, 5 de agosto de 2009

Conflicto informativo

Hay algo que, seguramente, llama poderosamente la atención de todos aquellos que, como yo, se pasan un buen rato ojeando información sobre las drogas, y sus derivaciones,NO podemos jugar a la ruleta con las enfermedades por no decir de las propias conclusiones a las que llegamos cada uno con esa información, y que después trasladamos a la calle. Realmente hemos pasado en unos años, de la desinformación al conflicto por la cantidad de información, veraz o no, que se maneja.

Intentaremos orientar según los drogadictos hemos sentido y vivido nuestra enfermedad. Leer más...

Llevamos años escuchando distintas hipótesis sobre lo que les sucede a los drogadictos. Años escuchando tras la espalda que si es un vicioso, falto de fuerza de voluntad y que no se da cuenta de que se está echando a perder.
Llevamos años escuchando como cualquiera tiene una opinión, siempre negativa eso sí, sobre lo que sucede a este colectivo cada vez más extenso y oculto por miedo a la marginación.

Llevamos tiempo viendo y escuchando como cada persona, cada médico, cada especialista, cada informe e información en general dicen algo que, normalmente no va sujeta a un estandar. Quiero decir que, en realidad podemos ver y leer cuestiones de todo tipo, no importa quien lo diga o lo escriba, siempre hay opiniones de todo tipo:

Por un lado, tenemos las opiniones psiquiátricas, que no son muy aceptables, ya que por muchos recursos que tengan, no hacen más que atiborrar de otras drogas a sus pacientes, y por ende, no tienen muy clara la dolencia de los mismos. Si su problema son las drogas, ¿Como se les puede ocurrir suministrar drogas? Parecen más bien asistentes a la eutanasia.

Tenemos a los psicólogos que, con sus tranquilas sesiones de bonitas palabras y de escrutar a quien se sienta frente a ellos para tratar de descubrir algo, que no son capaces de desvelar la incertidumbre e inconexas de las palabras y acciones del paciente, y le regalan más dudas al respecto. Eso sí, el problema sigue persistiendo.

Estos colectivos deberían darse cuenta que, estos pacientes son drogodependientes, tienen esta enfermedad que afecta tanto al cerebro como al comportamiento, y disponen de cientos de recursos para manipular y manipularse a si mismos, incluso sin percatarse. Por ese motivo, es extremadamente difícil que un drogodependiente deje las sustancias a través de estas modalidades. Eso sí, mientras malgastan el tiempo de quien le falta poco, ellos cumplen con su "trabajo", y por ello les pagan. Ya basta de tanta hipocresía. Estamos hablando de la salud de miles de personas. Estos colectivos, deberían saber ya, que los drogodependientes han de ser ingresados en centros especializados. Y que la única función, en caso de recurrir a semejantes farfulleros debería ser para convencer o ayudar en la función de que lo mejor para su salud, es el ingreso.

Otra problemática respecto a la información es la que cada cual genera, ya sea a través de la experiencia, de los comentarios de los demás, opiniones o información que ha ido implementando a lo largo de su vida.
Hay que tener en cuenta que la base de esta enfermedad es extremadamente compleja. Las propias personas involucradas necesitan mucho tiempo hasta que logran entender, por encima, lo que les está sucediendo y lo que les ha sucedido en su vida. Por eso, comenzaré diciendo, que muchas de las opiniones que cada uno ha ido almacenando a través de su experiencia, elucubrando o escuchando a través del tiempo, sin duda son erróneas. Esto adquiere peso cuando decimos, que siquiera los médicos antes citados, científicos y demás estudios sobre la salud al respecto ofrecen luz a esta enfermedad. Debemos repuntar que, en los últimos años, los científicos han realizado grandes descubrimientos al respecto, pero aún son insuficientes para tratarla farmacológicamente, y tampoco para poder determinar las causas con exactitud.

Por tanto, estamos hablando de una extraña y grave enfermedad de la cual NO deberíamos banalizar en ninguno de los sentidos. Tampoco habría que dramatizar la situación, pues se trata de que deje de ser un tabú en la sociedad. Están ahí

Por otro lado, tenemos la información que el propio drogadicto genera. Hay que decir que un adicto a las sustancias, jamás sabe lo que le está pasando en realidad. Esto es difícil de digerir, pero si conoce a alguno, sabrá de lo que estamos hablando. El consumidor puede darse cuenta de que está consumiendo, pero siempre tendrá respuesta para tal efecto. Un adicto pensará y sentirá cosas que NO son ciertas porque las drogas inducen cambios neuroquímicos que, al contrario de lo que se piensa por los usuarios, nunca podrán ser percibidos por el consumidor. Por este motivo, las drogas manipulan la conciencia del consumidor para que siga consumiendo sin a penas tener estados de remordimiento.

Desde La Penúltima, trabajamos para que se dejen de banalizar tanto el consumo de sustancias, como el de sus secuelas. Así como la especulación a cerca de lo que sucede al consumidor. Hablamos de una enfermedad, y cuando alguien se siente mal o tiene una dolencia, visita al médico o al especialista. En esta enfermedad parece que todos tenemos el exacto examen clínico y la mejor receta. Este diagnóstico siempre será erróneo e irá en deterioro de toda la sociedad en su conjunto.

Otra de las intenciones de La Penúltima es, terminar con las ridículas mofas a cerca de las personas o estados de los drogadictos, pues con esta vulgaridad, será más difícil obtener una conciencia cierta y segura sobre lo que sucede realmente a través de las drogas.

También, y como no podía ser de otra manera, nuestro trabajo se basa en que se llegue a generar una conciencia a cerca de la drogadicción debidamente estudiada e unificada tanto para usuarios, como para profesionales. Si estamos intentando educar deberíamos hacerlo a través de los conocimientos, y no a través de nuestras propias percepciones.




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martes, 4 de agosto de 2009

Otros artistas


Ya que hemos sacado el tema de Michael Jackson, me gustaría pasar a citar algunos de los artistas fallecidos por el consumo de drogas: Elvis Presley: fármacos. Jane Mansfield: fármacos. Marilyn Monroe: fármacos. Jimmy Hendrix: heroína. Michael Hutchence (vocalista INXS): se suicido después de ingerir heroína.Elvis Presley Kurt Kobai: Otro suicida, heroína, cocaína. Ana Nicole Smith: fármacos, barbitúricos. Bob Marley murió de cáncer por fumar marihuana como un demente. Y un largo etcétera de famosos y no tanto, así como algún amigo que han muerto directamente por la ingesta de cualquier estupefaciente.

¿Como podría ser que todos ellos fueran unos débiles insensibles y con poca fuerza de voluntad? leer más...

¿No podría ser, que estuvieran enfermos? Seguramente sí. Pero, ¿Qué le pasa al cerebro cuando se usan drogas?

¿Por qué decimos que están enfermos?
Una de las explicaciones está encerrada en el polimorfismo de un gen que predispone al alcohólico/drogodependiente al consumo compulsivo de cualquiera de las sustancias asociadas.

Los otros ya los sabemos sobradamente, el ambiental. Ese vínculo que invita a la primera ingesta de alcohol, que muchas veces está en el propio seno materno. ¿Qué padre nunca ha invitado a un hijo a echar un trago junto a él? Sé que esto es un poco violento, pero es una realidad. Muchos de los jóvenes tienen su primer contacto con el alcohol en casa, en una “celebración” o simplemente lo ven como algo normal, ya que en casa se practica como si así lo fuera. Dejemos de engañarnos, y de seguir engañando a los más inocentes. Esto no es cosa de un individuo, es la causa de toda la sociedad en su conjunto. Son los efectos secundarios de no querer asumir la parte de responsabilidad que conlleva estar al mando de una nación. Como la de hacer posible que la sociedad del siglo XXI acepte a estas personas como enfermas, y así se las trate.

Como la de atender de una manera digna esta enfermedad que sufren muchos de los que están en la calle. No con apósitos para que minimicen los riesgos y sacarlos de las calles para no deteriorar la imagen de la ciudad. Si no, para poner las medidas necesarias para que estas personas no vuelvan a pasar por lo mismo. Hay tratamientos eficaces que han de ser atendidos por la Seguridad Social. Y regular los centros privados para que cumplan una normativa ligada estrictamente hacia el éxito del enfermo.Barceló, ese oscuro deseo de MUERTE

Es como la ley ante el alcohol, ¿de que sirve que prohíban el consumo en menores, si en los locales no hay nadie que haga servir dicha ley? ¿De que sirve que prohíban la venta de tabaco en autopistas y el alcohol esté presente? Creo que lo que está prohibido es conducir ebrio, no fumando. ¿De que sirve que no puedan hacer publicidad las compañías tabaqueras, si las hacen las alcohólicas? Por un lado la ley nos quiere limitar la ingesta de alcohol, y por otro las compañías lucen impunemente slogans invitando al consumo como algo bueno, estupendo para compartir con amigos y divertirse. Lo curioso es, la pequeña advertencia de: Bebe con moderación, es tú responsabilidad. NO hay un baremo para tal efecto. Nadie puede determinar quien será adicto a esa sustancia, lo cual deja a la casualidad esa responsabilidad. Y si habláramos de responsabilidad, habría que hablar del error que es el consumo, en cualquier medida, del alcohol.

Pero claro, ya se que esto es mucho pedir, sin embargo, la drogadicción estará con nosotros durante muchos siglos más, y no podemos obviar lo que sucede en este siglo XXI. El país está hecho cisco y las medidas son insuficientes en cualquier país del Mundo. Es más, en algunos países como México, han decidido legalizar la tenencia de drogas para el consumo. Y en otros países latinoamericanos se lo están pensando.

Llevamos más de 40 años en lucha contra la drogadicción, desde que Richard Nixon iniciara “The War on Drugs”. Pero llevamos un siglo desde las primeras normas represoras al respecto. Quizá es hora de cambiar de estrategia, pero seguro, que no para facilitar las cosas a aquellos que ni siquiera saben lo que les está pasando por la cabeza.

También se que es duro asegurar con tanta firmeza que la solución no está encaminada con la legalización. Hace años yo pensaba en lo mismo, sin embargo, ahora que NO uso ningún tipo de estupefaciente, puedo asegurar que aquellos que lo solicitan, o son drogadictos, usuarios o realmente NO saben lo que están diciendo. Cualquier persona consumidora de cualquier tipo de sustancia, no es ella. La droga se apodera de la mente para manipularla y conseguir lo que necesita, aunque sea muy de vez en cuando. Quizá NO llegue a estar por la calle tirado, ni a entrar en la cárcel por un delito, pero lo que está claro es, que NO será él mismo, NO podrá conseguir aquello que se propone y quizá algún día le toque ver una realidad que ha dejado atrás y ya NO podrá cambiar. Quizá algún día en la experiencia de alguien cercano, pueda ver lo que en realidad fue, y entonces sabrá que estaba muerto antes de empezar a vivir.




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